Mision Wayu

By Noviembre 23, 2018Noticias
Queridos Lectores :
 
Reciban mi especial saludo después de un periodo de ausencia tras la visita a mi país natal Colombia, donde la “Red Apoyo Humanitario” llevó a cabo la entrega de donaciones recaudadas en la ciudad de Miami con el fin de ser entregados directamente en la Comunidad Indígena Wayuu que habita la zona desértica de la Guajira y que desde hace un tiempo sus condiciones y carencias se han hecho más extremas, siendo los niños y ancianos los más afectados, quienes pagan con sus vidas, las consecuencias de la indiferencia y la miseria;
 
Sea esta la oportunidad para Agradecer a cada uno de ustedes su valiosa colaboración en la “Campaña Wayuu” la cual fue todo un éxito al recaudar 74 cajas de alimentos no perecederos, ropa y juguetes; mencionar de manera especial la participación de la empresa “Aereomar Express” quien donó el envío aéreo a la ciudad de Riohacha y la logística internacional ante las  autoridades aduaneras pertinentes, de igual forma expreso mi agradecimiento al equipo de la “Fundación Nueva Life” liderada por Rafael Arango quien gracias a su compromiso y altruismo, colaboraron en el éxito de la campaña y nos acompañaron personalmente para hacer entrega directa en las rancherías de la Comunidad Wayuu.
 
Fue una experiencia maravillosa, el recorrido desolador en la media Guajira era escoltado por el cielo azul, las plantas de cactus y la emoción que teníamos en común los integrantes de la misión-expedición, la expectativa vibrante de lo desconocido que se está por descubrir, la ilusión de saber que llegaba el día en que aquel sueño que inicióen Miami  de ayudar a los Indígenas, se hacía 

realidad …. transcurridas dos horas de trayecto,  llegamos a la primera ranchería, el sitio de concentración de las familias indígenas más cercanas, cuando llegamos, estaban allí  esperando por nosotros aquellos seres humanos que distintos en costumbres, lenguaje, vestuario y hábitat, nos  une e identifica la misma condición humana y la Dignidad que nos ha sido dada;    nos reciben con amabilidad que de forma tímida se expresa, y sin darnos cuenta, la cercanía y confianza se va “tejiendo” con el tiempo, el mismo que permite enseñarnos

cómo los niños y niñas  desde los cinco años de edad, aprenden el arte de  tejer y éste se convierte en el eje central de toda su vida hasta llegar a la vejez;  cada mochila tejida es testimonio del tiempo que transcurre desde el alba hasta el anochecer, donde el viento, el calor sofocante e hilos de colores, quedan para siempre en el registro de hermosos diseños variados y auténticos como lo es la identidad de la comunidad, allí aprendí que cada mochila es única, no existen iguales diseños, haciéndolos tan originales como ellos mismos.
 
Continuamos el recorrido en la segunda ranchería, allí nos presentaron a un niño llamado José, quien tiene cinco años de edad y cuya talla y peso refleja un niño de dos años, José nació con malformaciones en sus extremidades que le impiden caminar, condición que es producto de la desnutrición y el tomar agua contaminada, toda la comunidad padece este problema y es por eso que madres desnutridas engendran criaturas de igual condición y al no tener acceso al agua potable, el problema se multiplica y vuelve cíclico…
 
Terminamos el recorrido en la tercera ranchería, allí los indígenas nos enseñaron el “proyecto de pozo”  que hace unos años el gobierno intentó realizar… hoy en día es un hoyo tapado con palos y a 20 metros de profundidad hay agua  donde paradógicamente la gente muere de sed…. por esta razón, hacemos un llamado a la solidaridad general, para que entre todos, ayudemos a habilitar de forma mecánica dicho pozo, hago una invitación especial a ingenieros civiles  y/o personas con experiencia en la construcción de los mismos o similares, para que se integren al proyecto y contribuyan a la solución de esta necesidad urgida que tiene dicha comunidad.
 
Aquel día finalizamos el recorrido con la satisfacción del deber cumplido al ver en los rostros de niños, madres, adultos y ancianos, la sonrisa de gratitud al recibir en sus manos lo que ustedes generosamente entregaron en Miami, ese día culminamos la primera fase de ayuda y al igual, continuamos nuestro propósito de Dignificar la vida de la tribu Wayuu, al  habilitar de manera adecuada aquel pozo para ayudar a una comunidad sedienta y carente de condiciones básicas que tienen derecho como seres humanos y que hasta hoy, les ha sido negada, pero que entre todos y con la Ayuda de Dios*, podemos hacerlo posible !
 
 
Un Abrazo fraterno !
 
 
Liliana Castellanos Guerrero
Red Apoyo Humanitario
mujeresdefe@live.com
Florida

 

 

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